Es madrugada del miércoles… Se respira silencio, nada se mueve. En la Villa Milenaria de Oña el tiempo parece detenerse. Silencio roto en unos días por el sonido de las bicicletas de montaña en la empedrada plaza del Conde Sancho García …
Hace mil años Sancho García fundo el Monasterio de San Salvador de Oña. La iglesia abacial se encuentra a la izquierda, en lo alto de una escalinata de cuarenta y dos escalones.
Su portada esta defendida por un muro coronado por matacanes, en el que se acogen estatuas del siglo XV, representado por Reyes y Condes enterrados en su interior. Todo su conjunto, suma obras románicas y góticas. Imprescindible es admirar la imagen del Cristo de Santa Tigrídia, las pinturas murales góticas, el coro con su órgano del Siglo XVIII, el Panteón Real, tallado a finales del Siglo XV. A la derecha del altar se encuentra la sacristía, que da paso a la sala capitular y al esplendido Claustro gótico, una autentica joya diseñada por Simón de Colonia en los comienzos del siglo XVI.